esfer ha ejecutado más de 300.000 m2 lo que supone más de 1925 t CO2 evitadas a la atmosfera cada año.
Nuestros proyectos de rehabilitación energética son ejemplo de buenas prácticas en todo el país y estamos orgullosos de contribuir a que miles de hogares hayan mejorado su eficiencia energética, el confort de las familias que viven en ellos y la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) emitidas.
La Rehabilitación Energética es una inversión inteligente, responsable y sostenible consistente en implementar mejoras en la envolvente térmica del edificio (fachadas, cubiertas y ventanas), sistemas de calefacción, ventilación e iluminación, con el objetivo de minimizar el consumo energético y aumentar el confort interior. Estas acciones no solo reducen la factura energética, sino que también mejoran la calidad de vida de los ocupantes, y aumentan el valor del inmueble.
Así mismo, la Rehabilitación Energética desempeña un papel fundamental en la conservación del medio ambiente, al reducir el consumo de energía, minimizar las emisiones contaminantes y promover el uso de energías renovables, contribuimos activamente a la protección del planeta y a la creación de un futuro más sostenible para todos.
Los Beneficios más destacados de la Rehabilitación Energética son:
El Sistema de Fachada Ventilada es un sistema de aislamiento térmico exterior consistente en una subestructura metálica anclada al cerramiento del edificio, y cuya subestructura, a través de distintas piezas metálicas, soporta una hoja exterior formada por un elemento que puede responder a diferentes materiales y naturalezas.
Actualmente existen fachadas ventiladas continuas, en las cuales esta hoja exterior no tiene juntas, y fachadas ventiladas discontinuas, que es la solución más extendida y en las cuales esta hoja exterior puede estar formada por piedra natural, gres cerámico o porcelánico, fibrocemento, HPL, hormigón polímero, composite de aluminio, paneles de vidrio, etc. Esta hoja exterior es la que recibe los agentes meteorológicos externos y cualquiera de estos materiales se pueden instalar con distintos espesores y formatos en función de su exposición a estos agentes externos, parámetros técnicos de cada uno de los materiales y la propuesta estética que se desee.
Todo este sistema descrito anteriormente, se realiza para ocultar y proteger una cámara donde se aloja el aislamiento térmico, recubierto o no por algún tipo de velo que forme parte de ese aislamiento o externo al aislamiento. Además, según el Código Técnico de la Edificación, para que se pueda considerar “ventilada” hay que dejar una cámara de aire de al menos 3 cm. de espesor. Esta cámara de aire genera el efecto “chimenea” que mejora la transpiración del conjunto y en fachadas expuestas al sol, permite la refrigeración de la hoja exterior.
El Sistema de Aislamiento Térmico Exterior -SATE- es un sistema de aislamiento en el cual, a diferencia de la Fachada Ventilada, el aislamiento se instala adherido al propio cerramiento que se quiere aislar. A este aislamiento, que se fija tanto química como mecánicamente, se le protege exteriormente con distintos materiales, en función a su exposición y a la propuesta estética que se desee.
El material aislante del propio panel SATE, puede responder a distintos tipos de aislantes, como son:
1. EPS – Poliestireno Expandido – el más extendido por ser el que mejores resultados aporta de aislamiento con un precio ajustado.
2. Lana Mineral – Buena capacidad de aislamiento y excelente comportamiento al fuego
3. XPS – Buena resistencia mecánica, pero con una baja transpirabilidad. Material usado puntualmente en zonas expuestas a golpes, como zócalos, jambas de ventanas, etc.
La comprobada efectividad de los sistemas de REHABILITACIÓN ENERGÉTICA genera los siguientes beneficios para los edificios:
– Como aislante del frío y calor deriva en una gran capacidad de ahorro energético, tanto en invierno (calefacción) como en verano (aire acondicionado)
– Contribuye en gran medida a mantener una temperatura interior estable, aportando así confort térmico.
– Reduce los puentes térmicos, minimizando las perdidas de calor en puntos críticos
– Mejora el aspecto estético de la fachada, aumentando el valor del inmueble
– Contribuye a la reducción de emisiones de CO2, generando así un ambiente más ecológico.
– No se alteran los espacios interiores del edificio, ni se pierde superficie útil.